Puerto Príncipe, catástrofe urbana – crisis humanitaria
Béatrice Boyer
¿Cómo dejar atrás las vicisitudes, incertidumbres y desafíos que vive la ayuda humanitaria en medio urbano? Revisión de los procesos humanitarios clásicos – acciones puntuales o sectoriales – frente a la naturaleza y amplitud de las necesidades de ayuda humanitaria y la reconstrucción, en los sistemas sociales, medioambientales e institucionales que constituyen las ciudades.
El contexto haitiano de la catástrofe
Haití, héroe y víctima de su Historia, no termina de cicatrizar su pasado, desinteresándose sistemáticamente por su presente y, lo que es aún más inquietante, dando a veces la impresión de desentenderse por completo de su futuro. Víctima de numerosas lacras, Haití engendra las crisis además de sufrirlas. Además, el seísmo que sacudió el país en su centro vital – urbano, político-administrativo, económico, demográfico – no parece ser, por desgracia, más que un acontecimiento más, eslabón brutal de la cadena formada por la multitud de crisis que se suceden en este pequeño país con una historia plagada de sacudidas y violencias. Los impactos del terremoto, así como las grandes dificultades para ofrecer respuestas de ayuda adaptadas, se ven amplificadas por la conjunción de las vulnerabilidades urbanas y del escaso nivel de preparación frente a los riesgos y las intervenciones en medio urbano.
En el centro de estos acontecimientos, es la capital haitiana, Puerto Príncipe, metrópolis urbana, que ha pasado en pocas décadas de 300.000 habitantes a cerca de 3 millones, la que se vio afectada por la crisis. Las autoridades nacionales y locales se han visto directamente afectadas, a todos los niveles, y sumidas en una confusión total con la pérdida de personas y destrucción de edificios públicos. Dichas autoridades se han encontrado a menudo en grandes dificultades para la toma de decisiones. Frente a ellas, se encuentran las intervenciones de un gran número de estructuras humanitarias con sólidas competencias y extraordinarias capacidades logísticas, pero desprovistas de unas prácticas y una coordinación adaptadas a semejantes contextos urbanos.
Una doble cuestión: ¿Y si esta catástrofe en zona urbana representara una oportunidad para reestructurar los modos de funcionamiento urbanos en Haití además de la ocasión propicia para hacer evolucionar las prácticas del conjunto del sector humanitario en este tipo de contexto?